Premios Princesa Asturias

Felipe VI protagoniza un cómico momento al reírse durante el discurso de Eduardo Mendoza en los Premios Princesa de Asturias

Eduardo Mendoza y Felipe VI
Eduardo Mendoza y el rey Felipe VIEuropa Press
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La familia real española ha acudido en la tarde de este viernes al Teatro Campoamor, en Oviedo, para formar parte de la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2025, el principal de los distintos actos que la Fundación homónima organiza en tierras asturianas esta semana. La gala ha incluido el reparto de insignias y diplomas acreditativos a los galardonados en las ocho categorías que se reconocen año tras año. En esta edición ha habido un nombre español entre ellos: el de Eduardo Mendoza, distinguido con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2025. En su discurso al recogerlo ha despertado una cómica reacción por parte del rey Felipe VI, que ha reído en más de una ocasión en la gala.

La fundación ha otorgado el mencionado reconocimiento al escritor catalán, uno de los grandes nombres de la literatura española de las últimas décadas. El jurado ha citado en su acta de concesión del mismo la "decisiva" aportación de Mendoza a las letras españolas del último medio siglo, la voluntad de innovación de sus novelas, la capacidad de estas de llegar a un gran público y de englobar, en su prosa, "tanto el lenguaje popular como los cultismos más inesperados, el sentido del humor y la visión desenfadada y humanista de la existencia".

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Eduardo Mendoza hace reír a Felipe y Letizia en los Princesa de Asturias

Y su discurso de agradecimiento, sobre el estrado del Campoamor, ha tenido mucho de ese mencionado estilo. El de Barcelona, ciudad en la que se ambientan la mayoría de sus obras ha reconocido que el premio es "una sorpresa, un honor y una alegría." "Yo, si no me miro al espejo, todavía me considero una joven promesa de la Narrativa Española. Lo último que se pierde no es la esperanza, sino la vanidad", ha comenzado a decir. Palabras que han despertado las risas generales del público y, en concreto, la del jefe del Estado, a quien han grabado las cámaras de la emisión riendo desde su sitio.

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"Yo, si no me miro al espejo, todavía me considero una joven promesa de la Narrativa Española. Lo último que se pierde no es la esperanza, sino la vanidad", ha comenzado a decir. Palabras que han despertado las risas generales del público y, en concreto, la del jefe del Estado, a quien han grabado las cámaras de la emisión riendo desde su sitio.

El rey Felipe VI, sonriendo durante el discurso de Eduardo Mendoza

Mendoza ha continuado diciendo que sabe que no le han premiado directamente a él, sino a su obra, y añade: "una obra es la suma de muchos factores". "Tuve la suerte de nacer y criarme rodeado de libros y de personas que me leyeron en voz alta, pusieron a mi disposición una amplia biblioteca, me estimularon y me orientaron", explica el escritor con una sinceridad con la que ha conseguido mantener la atención de todos los presentes. Para continuar hablando de su educación, que ha definido como: "estricta, tediosa y opresiva". Un lugar donde "tenazmente" le inculcaron "las virtudes del trabajo, el ahorro y el decoro", y gracias a eso, recoge diciendo: "Salí vago, malgastador y un poco golfo, tres cosas malas en sí, pero buenas para escribir novelas". Una frase que ha despertado la sonrisa de la reina Letizia, que le iba escuchando atentamente.

El discurso de Eduardo Mendoza al recoger el Princesa de Asturias de las Letras

De origen catalán, él mismo se ha encargado de hacer honor a su tierra. "Crecí en Barcelona, una ciudad de tamaño medio, cálida y soleada, tranquila laboriosa y conservadora, cuna de santos infantiles y abuelos entrañables. También un ciudad portuaria, viciosa y canalla. Yendo de la una a la otra y buceando en bibliotecas y hemerotecas descubrí que Barcelona tenía además un interesante pasado turbulento y criminal, del que me apropié para escribir mis novelas. Las ciudades, como las novelas, son de todos y no son de nadie", termina el escritor relacionando sus orígenes con su profesión.

Eduardo Mendoza, Premio Princesa de Asturias 2025

El discurso continúa con una ovación a todos aquellos que quiere. Para el escritor, todo lo demás se lo debe "a los amigos, los maestros" y las personas que le quieren, y que están allí presentes. "Mi mujer, mis hijos, mi familia, mis editores, mis agentes, tantos y tantas que para nombrarlas no necesitaría tres o cuatro minutos, sino tres o cuatro horas", afirma el autor de 'Sin noticias de Gurb', que despierta una sonrisa en la cara de Felipe VI al terminar diciendo: "Lo demás es mérito mío. Ya está bien de modestia".

Y de la carcajada, pasa a la emoción. "Alguien me ha llamado proveedor de felicidad. Es el mejor elogio que he recibido en mi vida y me gustaría que fuera cierto, aunque sea en dosis homeopáticas", cuenta el escritor, que no pierde una oportunidad para unir la palabra y el humor. "Pero si alguna felicidad he dado a mis lectores, ellos me la han devuelto con creces con su lealtad, su complicidad y su cariño", prosigue.

"No soy optimista ni pesimista, porque no sirvo para prever el futuro, pero no me gusta el mundo tal como lo veo hoy en día", reivindica el autor de 'La ciudad de los prodigios'. "Quizá porque he tenido la suerte de vivir una larga etapa excepcional de relativa paz, estabilidad y bienestar", continúa el escritor, que sigue diciendo que a su edad, cualquiera preferiría disfrutar de lo que hay y no andar quejándose de lo que falta, "pero me temo que no podrá ser".

"Por lo demás, los años me han hecho valorar sobre todas las cosas el respeto. Y si algo me han enseñado es que todo es relativo. O quizá no. Se me acaba el tiempo", responde Mendoza apunto de terminar su discurso con una anécdota del año pasado. "Hace ahora un año justo, en este mismo lugar, mi amigo Juan Manuel Serrat acabó su intervención con una hermosa canción", recuerda el escritor, que una vez más vuelve a hacer gala de su sentido del humor para terminar el discurso diciendo: "Como ustedes seguramente preferirán que yo no haga lo mismo, sólo me queda expresar una vez más, sinceramente conmovido, mi gratitud".