La casa de Joan Manuel Serrat en Barcelona: con salón conectado al jardín y llena de libros

Nos adentramos en algunos de los rincones de su hogar en el barrio de Poble Sec
Joan Manuel Serrat da su sincera opinión sobre el reguetón y el hiphop
Joan Manuel Serrat lleva décadas formando parte de la banda sonora de este país. Ha puesto música a la poesía, ha contado historias de barrio, de amores, de política y de despedidas, y es que, ¿quién no ha escuchado alguna de sus canciones? Pero ahora, alejado del escenario y de las giras, su vida es mucho más tranquila y se centra en lo esencial: su casa, su familia y sus libros. Un espacio en el que se siente a gusto, sin artificios y lejos del ruido.

A diferencia de otros artistas que se mudan al campo o a la playa, el cantante sigue residiendo en Poble Sec, el mismo barrio barcelonés en el que lleva viviendo décadas, entre Montjuïc y el Paral·lel. Y eso, viniendo de alguien tan apegado a sus raíces, no sorprende. Poble Sec ha cambiado mucho con los años, pero aún conserva esa mezcla de barrio obrero y cultural, con calles estrechas, bares de toda la vida, teatros independientes y una comunidad que se conoce, se saluda y se cuida.

Un hogar acogedor
Su casa unifamiliar, discreta y funcional, ha aparecido parcialmente en algunas entrevistas como por ejemplo, una en El Periódico de Cataluña en 2024, donde hemos podido apreciar algunos detalles. Lo que más se ha visto es el salón, que conecta directamente con el jardín gracias a una puerta corredera de cristal que deja pasar una luz generosa. Es un espacio luminoso y tranquilo, sin pretensiones, con sofás cómodos, madera clara, detalles personales y muchas plantas.

Lo que más llama la atención es una gran librería que ocupa toda una pared, repleta de libros bien ordenados. Y no están solo de adorno, pues Serrat es un lector incansable. En las estanterías también se mezclan fotos familiares, recuerdos de viajes y objetos que tienen más valor emocional que estético. Todo transmite una forma de estar: sin prisas, con curiosidad y con los pies en la tierra.

Es más, en una conversación con el periodista Juan Cruz, Serrat hablaba con naturalidad sobre su retirada de la escena pública: "Yo me siento bien. Me siento bien en mi casa. Soy un hombre poco sociable, me muevo mejor en casa o en los ámbitos más controlables, sencillos (...). Hay un espacio de pérdida que echo de menos: un fin de semana con unos amigos. Pero soy un hombre familiar de toda la vida", explicaba.

Y es que su casa, más que un retiro, es un refugio donde ha encontrado un ritmo distinto. En otra entrevista, esta vez con Carlos Marcos, Serrat reflexionaba sobre lo que supuso el confinamiento: "Con el tema de la pandemia y el encierro, durante aquellos días, yo, que tengo la fortuna de vivir en una casa unifamiliar y con un pequeño jardín, pude percibir un fenómeno maravilloso: volvieron a aparecer los pájaros (...). Lo cual me llevó a desplazar mi atención del mundo de la lectura al mundo de la observación. A medida que vas perdiendo el tiempo te das cuenta de lo escaso que es".
Poco más le hace falta para ser feliz. Y es que desde su hogar en Poble Sec, rodeado de libros, luz natural y pocas estridencias, observa el mundo a su manera. Con la misma honestidad que siempre lo ha definido.
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