Elena Gurucharri, nutricionista: “El objetivo no es adelgazar en verano, sino mantener una relación sana con la comida"

Dedicado a todas las que quieren volver en septiembre, igual que se fueron en agosto pero sin culpabilidad por disfrutar del verano y la comida
Sigue estos hábitos saludables para perder los excesos del verano sin darte cuenta
Helados a media tarde, cenas improvisadas en terrazas, chiringuitos frente al mar, viajes que alteran los horarios y, en muchos casos, la rutina de ejercicio aparcada hasta septiembre (aunque hay opciones sencillas para hacer en la playa o la piscina sin darte cuenta). El verano es una época de disfrute, sí, pero también de descontrol. Y aunque la báscula no debería convertirse en una fuente de angustia, muchas personas se enfrentan en septiembre con la sensación de haber “tirado por la borda” todo lo conseguido durante el año.
Sin embargo, cuidar de nuestra alimentación no significa renunciar a los pequeños placeres estivales. ¿Es posible disfrutar del verano sin engordar? La respuesta es sí, y no pasa por dietas restrictivas ni por contar calorías. Según la nutricionista Elena Gurucharri, todo parte del equilibrio: “El objetivo no es adelgazar en verano, sino mantener una relación sana con la comida sin dejarnos arrastrar por el caos típico de estas fechas”.
Para todas las que quieran salir de dudas y ver cómo encontrar el balance en vacaciones, con la ayuda de la experta repasamos los trucos infalibles que te permitirán disfrutar del verano sin ganar ni un gramo. Hábitos realistas, sencillos y sostenibles que te ayudarán a mantenerte en forma, sin obsesionarte y, sobre todo, sin dejar de disfrutar con la ayuda de la experta.
Mantén una estructura de comidas
"El desorden es el mayor enemigo del equilibrio nutricional", explica Elena. “No se trata de contar calorías, sino de mantener cierta regularidad: tres comidas principales y uno o dos tentempiés, si hace falta, que te permitan llegar sin ansiedad a la siguiente comida”.
No renuncies a los caprichos, pero aprende a compensar
Para Gurucharri, la clave no está en prohibir, sino en equilibrar: “Si sabes que vas a cenar fuera y probablemente comerás más, puedes optar por una comida más ligera y rica en verduras. El cuerpo agradece la flexibilidad, no la rigidez”.
Hidrátate correctamente (y no solo con cerveza)
Las bebidas azucaradas y alcohólicas pueden sumar muchas calorías sin que apenas lo notemos. “La cerveza o el tinto de verano refrescan, pero no deben sustituir al agua. Añade rodajas de pepino, menta o limón al agua para hacerla más apetecible, y recuerda que muchas veces confundimos sed con hambre”, señala la nutricionista.
Haz elecciones conscientes, también en vacaciones
Los buffets, los menús del día y los picoteos en la playa pueden ser trampas si se eligen sin atención. “Mira el menú con calma y pregúntate qué te apetece de verdad. A veces pedimos por impulso. Compartir platos, pedir medias raciones o empezar por una ensalada pueden ayudarte a disfrutar sin excesos”, sugiere la experta.
Respeta tus señales de hambre y saciedad
“Una de las claves del equilibrio es reaprender a escuchar el cuerpo”, dice Gurucharri. “Come cuando tengas hambre real, y para cuando estés satisfecha, no llena. Eso, aunque parezca simple, marca la diferencia”.
Muévete, aunque sea diferente
Y por último, cómo no, el deporte. Si bien el verano no siempre invita al gimnasio, ofrece nuevas oportunidades para moverse. Paseos al atardecer, baños en el mar, rutas en bici o incluso bailar en las fiestas del pueblo son formas de mantenerse activo. “No hace falta machacarse, pero sí mantenerse en movimiento”, recomienda.
Así que, ya sabes, con unos cuantos trucos sencillos y una actitud flexible, se puede disfrutar de los helados, las cenas al aire libre y los viajes sin que eso signifique sumar kilos de más. “La alimentación no debe ser una carga, ni siquiera en verano. Cuando entiendes que cuidarte también es disfrutar, todo fluye”, concluye Elena.
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