Logo de Life Style
Life Style
Pueblos

Los rincones de Plasencia que marcaron la vida de Robe Iniesta: de la calle donde nació a su colegio o 'su palacio'

Robe Iniesta. Fotomontaje con imagénes de Getty Images y Cordon Press
Compartir

Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero en el caso de Robe Iniesta no es así. Él no solo ha sido profeta sino que ha sido, es y será 'El rey de Extremadura'. Un rey al que ahora lloran todos sus paisanos. España ha perdido al artista, al músico, al poeta, al filósofo..., pero Extremadura ha perdido a un estandarte, a un símbolo de su identidad y a uno de sus mejores embajadores. El líder de 'Extremoduro' llevó siempre su tierra por bandera, empezando por el nombre del grupo que fundó y lideró durante más de tres décadas.

El Valle del Jerte, Monfragüe, La Vera, la Dehesa, y, por supuesto, su ciudad natal, Plasencia, son protagonistas de sus canciones. Pintó sus paisajes en sus letras y usó su identidad como un elemento fundamental en su obra durante toda su carrera. Las referencias a su tierra son constantes, lo que le conectaba directamente con su gente. Robe Iniesta es Extremadura, y viceversa. Y así lo sentían y lo sienten todos los extremeños. En 2014 fue reconocido con la Medalla de Extremadura y este mismo año el pueblo en el que creció le dedicó una de las avenidas principales de la localidad e inició los trámites para nombrarle Hijo Predilecto por ser "una de las señas de identidad de la cultura no solo de Plasencia o de Extremadura, sino un exponente del talento y la capacidad que nace de esta tierra".

PUEDE INTERESARTE

En Plasencia, que además de su lugar de origen fue un espacio vital en su vida y un refugio emocional y creativo, comenzó su historia. Allí nació el 16 de mayo de 1962 y allí empezó a dar sus primeros pasos como músico después de que sus padres le compraran la primera guitarra y empezara a tocar, primero en el grupo escolar y luego por su cuenta y de forma autodidacta. A los 21 años, después de haber trabajado un tiempo con su padre, decidió dedicarse seriamente a la música y fue ahí cuando su pueblo jugó un papel clave en su camino al éxito. Robe recorrió las calles vendiendo discos por adelantado por 1.000 pesetas para hacer su primera maqueta. Plasencia confió en él y no se equivocó.

PUEDE INTERESARTE

Los lugares de Plasencia claves en la historia de Robe Iniesta

Recorrer las calles de Plasencia es recorrer la vida de Robe Iniesta, que llegó al mundo en la casa que por aquel entonces residía la familia Iniesta - Ojea. "En la calle Santo Domingo, creo", dijo el artista en 2017 en una entrevista al 'Periódico Extremadura' en la que recordó su infancia en su ciudad natal.

En esa casa se sitúa la primera parte de su niñez, hasta que su familia se trasladó, primero a la zona de Correos, ubicada en el centro de la localidad, y más tarde en la antigua calle Matías Montero, renombrada en 2011 como calle Manuel Bermejo Hernández. Fue en esa calle donde pasó su infancia y su adolescencia.

Otro de los lugares claves en la vida de Robe es el colegio. Estudió en el centro La Salle, ubicado en la avenida Juan Carlos I, y fue allí donde empezó a tocar la guitarra y a forjarse el artista que más tarde se convertiría en una figura clave del rock español y ahora, tras su muerte, en una leyenda. "Allí te enseñaban las canciones que íbamos a tocar. Mis padres me compraron mi primera guitarra para entrar en la tuna, pero luego yo seguí tocando por mi cuenta", recordó en la citada entrevista, donde también comentó que conservaba algunas amistades de su infancia.

Tras terminar la EGB, Robe Iniesta pasó a estudiar en el IES Gabriel y Galán, situado en la calle Cañada Real, muy cerca del Parque de los Pinos, un parque ornitológico en el que se encuentran numerosas especies de aves en libertad e incluso aves rapaces recuperadas por el Centro de Los Hornos. La figura del músico sigue muy presente en el centro y es un referente para los alumnos que allí estudian. De hecho, días después de su muerte, organizaban un sentido homenaje en el salón de actos del centro con actuaciones y compartían en redes algunos momentos de los estudiantes, como una actuación en el teatro de Mérida tocando 'Ama, ama y ensancha el alma' en el encuentro de Ukeleles. "Tu instituto no te olvidará", escribían además en sus redes muy afectados por la noticia.

Robe no terminó sus estudios en el centro. En tercero de B.U.P decidió dejar los libros y empezó a trabajar con su padre como chapista (oficio que menciona en la letra de Jesucristo García) en un taller situado en el barrio de San Juan. Tras algún tiempo, dejó este trabajo y apostó por dedicarse a la música.

Ya convertido en un músico reconocido y aunque vivía parte del año en Bilbao, Plasencia era el sitio donde siempre volvía. Su vínculo con la localidad se mantuvo a lo largo de los años y ya en la madurez encontró otros lugares fundamentales en su vida como el teatro Alkázar, situado en la calle Cruz de Sta. Ana y que le fue cedido para ensayar, o el Palacio de Congresos de la ciudad, al que él se refería como "mi palacio". Y ahora, tras su muerte, lo será más que nunca porque pasará a llamarse Roberto Iniesta. Un merecido homenaje para el 'Rey de Extremadura'.

Qué ver en Plasencia, una ciudad monumental con un gran patrimonio cultural

Situada a 80 kilómetros al norte de Cáceres y a orillas del Jerte, Plasencia es una ciudad monumental y acogedora, que es famosa por su casco antiguo, declarado Bien de Interés Cultural. Cuna de un importante legado artístico, recorriendo sus calles sinuosas y empedradas y sus callejones estrechos se descubren palacios, iglesias y conventos que nos transportan a la época medieval.  

El casco antiguo de la ciudad es peatonal y la mejor forma de recorrerlo es empezar por la Plaza Mayor. Desde ahí se puede visitar las dos catedrales, la Nueva y la Vieja. La Catedral Vieja fue construida en el siglo XIII y destaca por su Capilla de San Pablo y la Virgen del Perdón, que muestra una transición entre el románico y el gótico. Por otro lado, en la Catedral Nueva encontramos elementos góticos y renacentistas, como el coro, las bóvedas o los frentes platerescos. 

Más allá de las dos catedrales, en Plasencia existen un gran número de monumentos religiosos. En el casco antiguo encontramos varias iglesias entre las que destacan la de San Nicolás, San Martín, San Salvador y San Pedro. Todas ellas fueron construidas a partir del siglo XIII sobre construcciones musulmanas y pertenecen al románico y al gótico. Además, tampoco hay que perderse el antiguo convento de Santo Domingo, que acoge actualmente el Parador de Turismo de la ciudad. 

Recorriendo el entramado de calles del casco antiguo nos encontramos con diferentes palacios. El Palacio de los Monroy, situado en plaza de San Nicolás y conocido como la 'Casa de Las Dos Torres', es del siglo XIV y es uno de los edificios señoriales más antiguos de la ciudad. También en este recorrido nos encontramos el Palacio Mirabel, que fue declarado bien de interés cultural en el año 1977 y es el edificio de carácter civil más importante de la ciudad. Anexado a la iglesia y convento de Santo Domingo, destaca por su amplio patio renacentista, construido en dos pisos con arcos de medio punto. También encontramos la Casa del Deán, una casa-palacio edificada en el siglo XVII y que debe su nombre a que ella vivieron algunos de los deanes de la ciudad. De estilo neoclásico, tiene el escudo esquinado más emblemático de la ciudad. Por último, tampoco hay que perderse el Palacio Episcopal, situado frente a la catedral y de estilo renacentista español.

En Plasencia también encontramos un acueducto renacentista que data del siglo XVI y del que se conservan 55 arcos. Además, existe un importante patrimonio histórico y cultura judío. En la localidad hay dos juderías. En La Mota se encuentran vestigios de la vieja sinagoga (restos que se encuentran bajo el actual Parador de Turismo) y en la Judería nueva, situada cerca de la calle Trujillo, se encuentran varias casas judías con placas identificativas. Además, también encontramos el cementerio judío, donde se conservan tumbas talladas en piedra.

Por último, otros de los enclaves más relevantes de la ciudad es la muralla de la ciudad, que rodea el casco histórico y que data del siglo XII y la Torre Lucía, una de las cuatro que protegían Plasencia y que debe su nombre a que en su parte alta se encendían las hogueras que avisaban del peligro.