Ana Obregón narra los últimos minutos de vida de Aless Lequio: "Me metí en la cama abrazándole contra mi pecho"

El lunes 11 de mayo de 2020, tras cinco días sin salir del hospital, Ana Obregón acudió al apartamento que tenían alquilado en Barcelona mientras su hijo permanecía ingresado. Nada más llegar a la casa, la actriz recibió la llamada de Alessandro Lequio, que había tenido una conversación con los médicos, y le pidió que volviese corriendo porque "las cosas" no estaban bien. "Por el tono de su voz entendí todo", asegura la intérprete, que llevaba años luchando al lado de su lado contra el cáncer que, ya en ese momento, era metástasis. 

Cuando Ana llegó de nuevo al hospital, sus hermanas estaban esperándola en la recepción. Cabe recordar que todo esto ocurrió en pleno confinamiento, por lo que Amalia y Celia García Obregón pudieron desplazarse de Madrid a Bacelona con un permiso especial que les concedió el hospital. "Lo lamento muchísimo, Ana, pero ya no hay nada que hacer", le dijo el doctor. Aless Lequio estaba "sufriendo mucho" y el especialista en oncología le pidió iniciar esa misma noche la sedación. "Su voz me empezaba a llegar desde muy lejos y me desplomé como una frágil muñeca de porcelana, cuyos pedazos rotos chocaron con el suelo a pesar de que Alessandro me sujetaba fuerte. El doctor me acababa de arrancar con sus manos el corazón", recuerda la actriz. 

Ana Obregón relata que Alessandro Lequio siempre había sido "más pesimista" y se fue haciendo a la idea, "poco a poco", de que su hijo podía morir. Sin embargo, ella seguía con la promesa que le hizo a Aless de que le salvaría la vida. "¿Cómo quieres que me haga a la idea de que en veinticuatro horas nuestro hijo se va a...?", le pedía a su exmarido. Tras una larga carrera por las desiertas calles de Barcelona en plena pandemia, la actriz volvió a la realidad, recordó la valentía que siempre había tenido su hijo y aceptó a la petición de los médicos. "Aless, te he pedido perdón una y mil veces por esa decisión", le repite Ana en el libro que un día él empezó a escribir. 

Alessandro Lequio y Ana Obregón entraron en la habitación y se sentaron a cada lado de la cama del hospital en la que adormecía su hijo. "Mamá, vamos, que llegamos tarde al aeropuerto, pero a este viaje voy solo", quiso decir muy bajo Lequio Junior cuando la fiebre le hacía delirar. "'Os quiero muchísimo' fueron sus últimas palabras", recuerda Ana. "Hasta mañana, mi vida, te quiero, que sueñes cosas bonitas", le dijo su madre. 

Las últimas palabras de Ana Obregón a su hijo Aless antes de morir

La actriz se introdujo en la cama con su hijo y le abrazó contra su pecho. Esos últimos minutos a solas en la habitación, Ana quiso recordarle a Lequio Junior que se sentía "la madre más orgullosa del mundo", que había sido "un honor y un privilegio" ser su madre y que jamás se separaría de él. "Quería retener para siempre su olor", asegura.

"Una paloma blanca se posó en la ventana, en ese momento, en ese preciso instante, mi hijo dejó de respirar, sus manos apretaron muy levemente las mías y una levísima sonrisa se dibujó en sus labios. Un resplandor mágico iluminó toda la habitación", recuerda Ana Obregón sobre el momento en el que su hijo falleció. "Nuestros corazones dejaron de latir también al mismo tiempo. Y me morí contigo", asegura la actriz, que ese mismo día tuvo un intento de suicidio del que la salvó Alessandro Lequio y la animó a cumplir la última voluntad de su hijo Aless, que les había pedido que cumpliesen su sueño y trajesen al mundo a su hija. "Te fuiste un 13 de mayo y te llevaste la primavera al cielo. Parece ser que ese día necesitaban un héroe allá arriba. Dos días después nos enterraron juntos", termina diciendo la actriz.