Logo de Actualidad
Actualidad
Polémicas de famosos

Tita Cervera pierde el título de baronesa Thyssen tras renunciar a su nacionalidad suiza: las consecuencias

La baronesa Thyssen, en una imagen de archivoEuropa Press
Compartir

Carmen “Tita” Cervera ha sido, durante décadas, una figura asociada al apellido Thyssen-Bornemisza y al título de baronesa que adoptó al casarse en 1985 con Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza. Madre de tres hijos - Borja y las mellizas Carmen y Sabina-, su nombre quedó vinculado a una de las sagas coleccionistas más relevantes de Europa, una familia cuya proyección internacional se consolidó tanto en el ámbito económico como en el artístico. Esa identidad se reflejaba también en su documentación suiza, país donde su marido tenía fijada su nacionalidad y donde la unión de los apellidos Thyssen y Bornemisza gozaba de reconocimiento legal.

PUEDE INTERESARTE

Ahora, tras solicitar su renuncia voluntaria a la ciudadanía helvética, según ha confirmado 'Vanitatis', la situación ha cambiado de forma sustancial: pierde el derecho formal a emplear el apellido compuesto y, con ello, la base jurídica que sostenía el título nobiliario. Aunque socialmente seguirá asociada a la figura de baronesa, en términos legales ese vínculo ha quedado disuelto, lo que conlleva una serie de consecuencias:

Fin del respaldo legal del apellido

Hasta el momento de su renuncia, el apellido Thyssen-Bornemisza figuraba en sus documentos suizos, lo que permitía su uso también en España. La normativa civil helvética establece que el nombre inscrito en su registro solo es válido mientras exista una relación jurídica con el Estado que lo reconoce. Al desaparecer esa relación, el apellido compuesto deja de tener validez documental. Esto implica que ya no existe el soporte legal que permitía a Cervera utilizar internacionalmente el nombre adquirido tras su matrimonio.

PUEDE INTERESARTE

Desvinculación formal del título

La pérdida del apellido no es un trámite menor. El título de barón de Bornemisza procede del linaje húngaro asociado a la familia de su difunto marido y se sostiene jurídicamente en la parte Bornemisza del apellido. Al desaparecer esa denominación de la documentación oficial de Cervera, también se extingue el nexo legal que la unía al título que la ha acompañado durante casi cuatro décadas. Aunque seguirá siendo llamada “baronesa” en la vida pública, la nobleza se rige por registros y acreditaciones formales, y en ellos su vínculo ya no aparece reflejado.

Impacto en su identidad documental

La renuncia a la nacionalidad suiza conlleva efectos inmediatos: cancelación del pasaporte, desaparición de cualquier documento emitido bajo esa identidad y pérdida del derecho a utilizar el apellido que figuraba en ellos. Este cambio altera la proyección internacional del nombre con el que ha gestionado parte de sus asuntos personales, patrimoniales y culturales.

El motivo de la decisión

La desvinculación de Cervera con Suiza no se produjo de un día para otro. Tras la muerte de su marido y la posterior venta de la Villa Favorita en Lugano, su presencia en el país se había reducido a un plano simbólico. En los últimos años, además, ha explorado la posibilidad de obtener la ciudadanía andorrana, un proceso que exige residencia prolongada y que podría encajar en una reorganización más amplia de su situación fiscal y sucesoria.

Fuentes próximas a su entorno apuntan a que la renuncia responde a una estrategia para simplificar su marco legal y ordenar su legado de cara al futuro. Este movimiento incluiría también ajustes en su inscripción en el registro civil español, donde habría modificado su nombre para integrar “Carmen Thyssen” como una única fórmula. Con este paso, se cierra un ciclo iniciado hace cuarenta años: el matrimonio que vinculó su nombre a un linaje histórico y la firma que hoy deshace el lazo documental que sostenía ese vínculo.