Primeras palabras de Kiki Morente tras conocerse su romance con Sara Carbonero

  • El cantaor ha atendido a la prensa a la salida de su último concierto

  • Sara Carbonero y Kiki podrían llevar saliendo cerca de dos meses

  • La pareja está llevando su romance con la máxima discreción

Es la noticia de la semana. Sara Carbonero podría haber comenzado una nueva relación con Kiki Morente, hermano de Estrella Morente. En este vídeo puedes conocer más sobre el cantaor de flamenco de 31 años. Desde que se hiciera pública la noticia, amigos y familiares del joven cantaor y algunas personas del círculo cercano a la pareja ya se han pronunciado al respecto, pero, hasta ahora, ninguna palabra por parte de los protagonistas.

Kiki, que el pasado sábado daba su último concierto, ha sido el primero en romper ese silencio que tanto revuelo estaba causando. Tras terminar una exitosa actuación, el cantante no dudó en atender amablemente a la prensa que estaba esperándole a las afueras del recinto. Dando las gracias a todos por estar allí, el hijo del difunto Enrique Morente y Aurora Carbonell bajaba la ventanilla de su vehículo particular, desde el que se ha pronunciado sobre su relación con la periodista y presentadora.

La pregunta era inevitable. Y el hermano de las también artistas Soleá y Estrella ha contestado. No del modo en el que nos hubiera gustado, aunque de sus palabras se pueden hacer varias lecturas. "No puedo deciros nada", dice el joven, 6 años menor que la ex de Iker Casillas. Una frase con la que ni confirma ni desmiente su romance, aunque puede que aún sea pronto para hacerlo.

Sara Carbonero es una de las mujeres más admiradas y queridas de nuestro país. Su ruptura y posterior divorcio con Iker Casillas conmocionó al país, aunque ahora, once años después de aquel beso que quedará para siempre grabado a fuego en la retina de los españoles, la fundadora de Slow Love podría haber recuperado de nuevo la ilusión.

Según personas cercanas a Kiki y a la comadre de Isabel Jimenez, la pareja llevaría conociéndose alrededor de dos meses. Tiempo suficiente para sentir de nuevo cosas por otra persona, hacer infinitos planes juntos y conocer a sus respectivas familias; aunque quizás no tanto como para hacer oficial una relación (más si tenemos en cuenta la historia de Sara).