Por qué te dejas lo mejor para el final cuando comes, según la psicología
Hay personas que reservan para el final de la comida su parte favorita del plato: según la psicología, se trata de un gesto que esconde mucha información
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Dejar la mejor parte de una comida para el final es un gesto habitual en muchas personas y con el que puede que te identifiques. Si pensabas que era una manía o costumbre como cualquier otra, resulta que la psicología tiene algo que decir al respecto. Comer varias veces al día es un acto vital en el que confluyen lo social y lo emocional. Casi nada. Por lo que nuestra actitud en la mesa revela mucho más que nuestras preferencias culinarias.
Hay gestos que realizamos de manera casi inconsciente que tienen mucho que ver con nuestro caracter, y reservar nuestra parte favorita para el final de la ingesta es uno de ellos. Del mismo modo, hay quienes sienten la necesidad imperiosa de comer en primer lugar lo que les resulta más apetecible o delicioso, porque les parece imposible esperar a que el plato esté casi vacío para degustarlo. Y, como puedes imaginar, esto también es un hecho revelador para la psicología. Descubre qué hay detrás de empezar por aquello que nos resulta menos sabroso para terminar la comida por todo lo alto.
Un comportamiento convertido en incógnita
Parece que a los psicólogos no hay comportamiento humano, por pequeño que parezca, que no les resulte relevante. El de dejar para el final la parte preferida de la comida ha impulsado a numerosos investigadores a buscar una respuesta que lo explique. La gerontóloga y profesora de Cornell College, Corinna Loeckenhoff, realizó un estudio que le permitió descubrir una serie de patrones compartidos entre las personas que tenían esa costumbre y que la llevaban a la práctica con asiduidad. Además, determinó diferencias en la conducta de estas personas que los separaban de quienes no esperaban al final de la comida para ingerir su parte preferida.
La psicología entra en juego a la hora de comer
En el experimento que realizó Loeckenhoff participaron 90 personas de diferentes edades, a las que se pidió que ordenaran una serie de fotografías que estaban clasificadas como negativas, neutras y positivas. Los resultados del orden elegido reflejaron que eran los individuos más jóvenes comenzaban a ordenar por el polo negativo, mientras que los adultos mostraban cierto equilibrio entre sus emociones y sensaciones.
Así, la investigadora pudo encontrar evidencias de que la elección del mejor momento para llevarse a la boca la parte más deliciosa del plato está asociada de manera profunda con nuestra edad emocional. Las pruebas realizadas mostraron que aquellos que eran capaces de esperar hasta el final de la comida solían mostrar un remarcable espíritu juvenil.
El carácter de quienes dejan lo mejor para el final
Aunque normalmente pensamos que la impulsividad está más asociada a la juventud, también lo está la vitalidad y las vistas a futuro. Ese equilibrio es el que hace que las personas más jóvenes, o de carácter juvenil, puedan esperar hasta el final para saborear su parte favorita. Esta actitud se contrapone con la de quienes prefieren comer al principio aquello que más les gusta.
Esas personas centran su mirada en el momento presente, en la actualidad. Suelen ser personas que tiene una percepción efímera de la vida y no acostumbran a pensar demasiado en lo que vendrá. Sin duda, es fascinante toda la información del carácter que se puede obtener con un gesto que podría pasar completamente desapercibido.